jueves, 25 de marzo de 2010

El jaleo de unos guaros en Caracas

A veces tenemos la falsa creencia de que la cultura es ese mundo relacionado directamente con las personas que manifiestan dotes artísticos o aptitudes más o menos sobresalientes, y nos olvidamos que la cultura es nuestra manera de vivir en su multiplicidad y complejidad.

Olvidamos que ciertas tradiciones, músicas, bailes, etc. son tales porque representan una manera de vivir y entender la vida; no porque se desarrollen como actividades que puedan atender a fines artísticos deben considerarse como ajenas al común de las personas. Quizá eso responda a que el buen vivir -y me refiero a vivir una vida integral- es un arte.

Pues nada, quiero compartir con ustedes una iniciativa que se ha venido gestando desde el año pasado al rededor de unos guaros y la cultura larense: El guaraleo. Se trata de un grupo, no de características artísticas, o de un grupo musical amateur, sino de unos guaros que viven su cultura y su musicalidad como expresión de lo más genuinamente humano. Es un grupo para vivir lo que se es más allá de lo que se debe ser y allende a las exigencias de la vida contemporánea. No es un grupo de música tradicional, ni un grupo tradicional de música, es un grupo de guaros, guaros en jaleo.

Aquí les transcribo la presentación del grupo elaborada por su coordinadora: María Magdalena Colmensares.

El Guaraleo es una agrupación musical de larenses o -mejor dicho- de guaros, que vivimos en Caracas y que decidimos reunirnos todos los miércoles, por el mero placer de cantar la música de nuestra tradición… por el deseo de cantar bien esos golpes, sones, merengues y valses de nuestra tierra que hemos cantado desde niños. Por esos nos llamamos “Guaraleo, guaros en jaleo”.

Comenzamos a ensayar en noviembre de 2009 motivados por el deseo de ofrendarle a la Divina Pastora una serenata bien cantada. Los larenses desde hace 8 años, en el mes de enero, le ofrecemos a nuestra patrona una misa-serenata en la iglesia de Cumbres de Curumo.

Dios nos dio la gracia del gentilicio larense, y honramos esa condición ejerciendo nuestra musicalidad, con gracia y con gusto, que también Dios nos las dio. Van de la mano lo divino y lo humano, la devoción y el gozo, la responsabilidad y el jaleo. Porque, como canta “La Niña Heriberta”, yo soy pájaro de cuenta cuando la gana mes da y cuando no mes da la gana, no soy pájaro ni naá. Pero a nosotros ganas es lo que nos sobra, lo que más le ponemos es el deseo, la alegría de pertenecer a esa tierra, a esa gente

La condición para pertenecer al grupo es “ser caimán del mismo pozo para poder cantar sabroso” (como dice “La Barquilla”), es decir, ser larense y disfrutar del canto entre amigos. Hoy somos más de 20 que ensayamos con regularidad. Varios integrantes son de la familia Anzola, Perera, Colmenares y Gimenez, son tocuyanos, caroreños, duaqueños o barquisimetanos.

El repertorio lo integra una selección de golpes y valses larenses tradicionales tales como EL GAVILAN, ENSOÑACION, PENUMBRA, EL CARDENAL,EL SAPO,MONTILLA,LA BARQUILLA, entre otros.

Somos unos guaros que cantamos lo que aprendimos de pequeños en el seno de nuestras familia y que queremos compartir este regalo de la musicalidad con nuestros amigos y paisanos.


María Magdalena Colmenares

jueves, 18 de marzo de 2010

Festival de Joropo en la Estancia

No había hecho referencia al Festival de Joropo del Centro de Arte la Estancia en su edición 2010. No tengo una buena razón para ello, pero si he estado muy al pendiente de lo que allí pasa. El sábado pasado estuve en la sección del festival dedicada al Joropo Central. La jornada fue intensa y fructífera. Se puede ir como aprendiz de bailador o bailadora o sencillamente como oyente-participante de los conciertos que allí se desarrollan.

En las mañanas los días sábados comienzan a las 9:30 am con los talleres básicos de bailes del joropo que corresponda ese día. A las 10:30 comienza la misma sesión, pero en formato para niños. Por las tardes las presentaciones musicales comienzan a las 4:00 pm.

¿Qué pasa allí? La invitación es a descubrirlo personalmente. La gente de Venezuela Demo está haciendo el registro videográfico de todo lo que allí aconcete, así que seguramente podremos disponer de lo mejor del evento por esta vía.

Este fin de semana próximo, el joropo toma forma de Golpe larense, y la gente de Alma de Lara serán los encargados de ponernos a bailar y cantar. Hoy Jueves 18 de marzo será la conferencia: El Golpe Larense, por Antonio Ortiz a las 5:30 pm.

Les dejo aquí la programación de la Estancia, para que puedan apropiarse más de este evento tan importante.

miércoles, 17 de marzo de 2010

La canción de Carlos Mejia Godoy

La historia de la música latinoamericana ha estado muy vinculada a los procesos sociales de sus pueblos. Esto en el género estrictamente folclórico es mucho más diciente aún. Pues bueno, entre los músicos más destacados de esta corriente se encuentra sin lugar a dudas Carlos Mejía Godoy, quien desde Nicaragüa participó activamente del accionar social y político de su país en los años 70's y 80's, tanto como cantante como político. Aquí quiero transmitirles alguna información básica que tomé de la Wikipedia, más tres temas de Godoy que considero dignos de verlos.

Godoy es un músico, compositor y cantautor de folklore nicaragüense. Es uno de los más importantes compositores e intérpretes nicaragüenses y de Latinoamérica y, por supuesto, de la Nueva Canción. Participó activamente en el período de gobierno sandinista (1979 - 1990). Su obra, de contenido altamente social, es muy importante en la historia de la música de Nicaragua y de toda la desarrollada en español.

Para más información consulta aquí la wikipedia, que cuenta con articulo bastante amplio.






viernes, 12 de marzo de 2010

Murió Oswaldo Morales

Cynthia Kovacs [12 de marzo] vía Facebook


Esta madrugada murió de un paro respiratorio el Cantante Venezolano OSWALDO MORALES, quien ayer fuera trasladado nuevamente por una complicación respiratoria a terapia intensiva del Hospital Militar.

Cantante caraqueño, nació en 1945. A los 2 años sufrió una enfermedad que afectó sus piernas, sin embargo, esta difícil condición física, no le impidió convertirse en un artista de talla internacional.

Recibió clases del maestro Eduardo Lanz. A los 20 años, Morales ya tenía 4 long play grabados y a los 21 años se consagraría a nivel nacional e internacional con el tema “Cinco Centavitos” del compositor Héctor Ulloa.

Con 10 long play grabados, realizó varias giras al exterior. Obtuvo los mejores premios de la época, entre ellos, el Guaicaipuro de Oro y La Revelación del Año 68. En 1970, viajó a Curazao, Colombia, Panamá, Costa Rica, El Salvador y México, país donde permaneció 2 años. A finales de 1972, regresó a Venezuela y recibió ofertas para volver a grabar.

En 1975 fue noticia nuevamente con el tema El Caracolito, del compositor cumanés José Hernández y en 1980, grabó con mariachis el tema De quién serás. Además de cantante y compositor, Oswaldo Morales también ejecuta la guitarra, y otros instrumentos de cuerda.

Si Te Mentí, Perdóname, Mar, Madre, Cinco Centavitos, Cuando La Besas Tú, Perdámonos, Llévatela, Tu Regreso, Esta Noche, Amar Duela, Déjala Que Se Vaya, Recordar es Vivir, Amor Incomparable, Esa, Vuélvete, La Tinajita, Esa Mujercita, Corazón, El Besito, Di, son tan sólo algunos de los temas que marcaron pauta en la historia de la radio de nuestro país, en la voz incomparable de este artista venezolano.

PAZ A SUS RESTOS...


La noticias de YVKE mundial al respecto aquí.


Algunos de sus éxitos más queridos: perdámonos y cinco centavitos

jueves, 11 de marzo de 2010

Un canto por Edignio Torrealba

El carota está organizando junto con otras agrupaciones musicales y la alcaldía del El Tocuyo, un gran concierto a beneficio de Edignio Torrealba, cultor y cantor mayor indiscutible del Golpe Tocuyano, miembro de la agrupación Los golperos de El Tocuyo, quien en la actualidad tiene serias complicaciones de salud. El concierto contará con la participación de Los golperos de Don Pio, Los golperos de El Tocuyo, Los violines de Tintorero y el Carota, ñema y tajá. Se espera por la confirmación de otras agrupaciones como Maguey de Curarigua.

La realización de este evento está pautada para el día Sabado 24 de Abril del presente año. La hora de comienzo será las 4:00 pm y el lugar el Estadium Carvajal de la población del Tocuyo. Esperamos que este evento cuente con el apoyo de la población de El Tocuyo, Barquisimeto, Curarigua y otras zonas cercanas. Detalles como el costo de la entrada y la participación de otras agrupaciones golperas serán informados posteriormente, cuanto se tengan las confirmaciones respectivas.

Desde ya esperamos que este concierto cumpla con su loable objetivo. Deseamos a Edignio una pronta recuperación.

martes, 9 de marzo de 2010

¿Por qué la música venezolana no es conocida internacionalmente?

Reflexiones sobre identidad, sobre lo que es y no es comercial

Si nos detenemos a observar los espacios musicales que internacionalmente han ganado otras culturas, una reflexión resulta inevitable ¿Qué es lo que pasa con la música venezolana? ¿Por qué no es conocida en el extranjero? La respuesta es igualmente inexorable: no puede ser reconocida afuera si no es primero apreciada en nuestro país.

Vale ahondar en esto, paseándonos por varios aspectos. Podríamos empezar por evaluar el desconocimiento general de nuestros valores y, en consecuencia, de nuestra música tradicional. Definitivamente, no se puede vender o proyectar lo que no se conoce. Es un tema polémico, sobre el cual se tejen no pocos argumentos. Hay quienes, por ejemplo, consideran que la principal limitante de nuestra música es que no sea bailable, y que por eso no trasciende. Pero no es cierto, pues una parte de nuestro repertorio sí es bailable.

También se dice que, al no ser comercial, no tiene como expandirse. Otro error, pues tenemos música que pudiera entrar dentro de esta categoría. En todo caso, hay que preguntarse primero: ¿qué significa ser comercial? Reinaldo Armas vendía más discos que la mayoría de los iconos del pop de los ochenta y, en este sentido, para mí lo comercial está relacionado con las ventas de un producto, en este caso con las ventas que alcanza la música venezolana. También se argumenta que es muy complicada y, sin embargo, el flamenco, la salsa, la música árabe o la hindú, son súper complejas y tienen ganado su espacio internacional. Pareciera, pues, que le buscamos defectos a nuestra cultura en lugar de enorgullecernos de ella.

A mi juicio, habría que definir antes que nada qué entendemos por música venezolana. Vivimos un momento de cambios. El puro marketing determina lo que es bueno y lo que es malo. Estamos sometidos a un sistema que, en lugar de valorar la calidad, le da preponderancia a quienes manejan más recursos, conexiones o -hablando en criollo- a quienes se bajan más duro de la mula para que su trabajo sea transmitido en radio o en televisión.

Nuestra música se ha visto afectada por un manejo deficiente de las herramientas de mercadeo.

¿Por qué? Insisto: porque no nos sentimos orgullosos de lo que tenemos.

¿Con qué se come eso de música venezolana?

Según mi punto de vista, el concepto de música venezolana se refiere a toda la hecha en Venezuela. Podríamos, no obstante, intentar clasificarla o etiquetarla por grupos o géneros, que van desde lo más tradicional hasta lo más contemporáneo.

Podríamos detenernos a hablar de la música con raíces folklóricas, empezando por los géneros tradicionales populares de cada región, con una variedad propia de timbre y de ritmo. Por ejemplo, la música de la Costa viene con sus diversos tambores, al calor de playas que van desde Güiria hasta Castilletes. Otros son los sonidos que se escuchan desde los Llanos hasta los Andes, marcados por la reciedumbre del paisaje y el carácter propio de hombres que se dedican a trabajar en el campo. Del Amazonas a la Goajira, cada etnia expone su propia forma de música, instrumentación y lenguaje -en general vinculada con los rituales y el shamanismo. Podríamos hablar, entonces, de un lenguaje sincrético que transforma todos esos paisajes en surtidas notas musicales. Música afrovenezolana, indígena, criolla, la de influencia española, holandesa, árabe, inglesa. Multicultural en fin, producto de un afortunado mestizaje que devino sonidos auténticos.

Hay quienes creen que música venezolana es sólo joropo, desconociendo, para comenzar, que no hay un sólo joropo, sino tres: el oriental, el llanero y el tuyero. Hay incluso una cuarta variante: el joropo guayanés, que mezcla el oriental con el llanero.

No queda allí. Especial mención merecen los golpes y el tamunangue de Lara. Los bambucos y valses de Los Andes. El calipso en el Callao. Géneros urbanos como la gaita y la tamborera en Maracaibo. Más abajo, en la zona del sur del lago, la gaita de tambora y los chimbangueles. En el borde entre Colombia y Zulia, la gaita perijanera; los sangueos en Aragua y Carabobo, los tambores veleño, coriano y cumarebero -producto del intercambio cultural con las Antillas Holandesas-, los tambores de veroes y farriar en Yaracuy. El cumaco de Aragua y Carabobo. Los culo e’ puya, la mina y la curbata en Barlovento. Y, por su puesto, el merengue caraqueño, el vals y el galerón, entre otros, haciendo con esto una rápida revisión grosso modo, sin entrar en mayor detalle.

Hay por igual otras manifestaciones como la salsa, parte ya de nuestra identidad, así como otros géneros que se han vinculado de alguna u otra forma en nuestra cultura, dando pie a las fusiones y confusiones actuales; parte preponderante de nuestro folklore urbano.

Conocer antes que nada

Se desconoce nuestra música. Al desconocer nuestra cultura, desconocemos nuestra identidad. Esto se ve retratado en hechos tan insólitos como que haya emisoras de radio que se jactan de ser “100% libres de Gaita”, o algunas que tratan de forma abierta y despectiva lo que se hace en el país. Me pregunto: ¿De dónde salió esa cruzada loca que nos hizo negar nuestra música? ¿Qué nos hizo olvidar lo que somos? En estos días me llamó mucho la atención que en los medios de comunicación venezolanos tenían como noticia principal que la cantante Susan Boyle –de Britain’s Got Talent- estaba enferma con una crisis siquiátrica (ni hablar del Michael Jackson, con mis respetos). En muchos medios ni siquiera mencionaron la muerte de Otilio Galíndez, uno de los más grandes compositores de la música popular venezolana contemporánea. O la muerte de Francisco Hernández, “El Pavo” Frank, creador del ritmo de la onda nueva y uno de los percusionistas más importantes de su generación. ¿Dónde nos desviamos? ¿Por qué no valoramos a nuestros íconos?

Hay que ver. Tenemos gran cantidad de héroes, pero no se les da la importancia que merecen, como Otilio o el Pavo, como Luis Mariano Rivera, María Rodríguez o Rafael Rincón González, entre otros muchos, que deberían tener hasta avenidas y aeropuertos con sus nombres. Ni hablar de Antonio Lauro, materia obligada en todos los conservatorios del mundo de guitarra clásica, totalmente desconocido en Venezuela. Tenemos un problema de identidad y no tiene que ver con la cédula, sino con nuestra cultura musical.

Un salto atrás

Démosle una mirada al pasado. Desde el inicio de la radio hasta los años cincuenta, todas las emisoras tenían una orquesta con un maestro compositor. En cada radio había shows de variedades, y lo que se escuchaba era música venezolana. De esas emisoras salieron títulos hoy tan familiares como Barlovento, Pregones Zulianos, Sombra en los Medanos, Desesperanza, San Juan to’ lo tiene, entre otros. A partir del boom post petrolero se comenzó a producir una importante transformación en nuestra identidad. Creo que nos empezamos a parecer a algo que no somos y a desconocer mucho de los que sí somos, al punto -y sin ánimo en entrar en chauvinismos- de consumir solamente música en inglés. La radio pasó de ser una referencia de los artistas venezolanos, a un vehículo de transculturación masiva.

Luego vinieron decretos como el 1×1 del primero gobierno de Pérez, que funcionó muy bien por un tiempo hasta que algunos, con una actitud “poco nacionalista”, optaron por poner la cuota de música venezolana en las madrugadas, o por pagar las multas.

Durante los años ochenta, después del viernes negro, tuvimos otro boom, esta vez dentro del pop, aupado por los sellos disqueros ante la necesidad de cumplir con las cuotas del 1×1 y la falta de divisas para traer artistas importados. De este contexto salieron artistas de calidad que abrieron puertas hacia otros mercados también importantes, pero sin un factor de identidad que los identificara y diferenciara en el ámbito latinoamericano, como sucedió por ejemplo con el rock Argentino. En lo personal creo que en Venezuela siempre hubo grupos de calidad, que fallaron al no lograr una marca vinculada con nuestra identidad.

Ahora, volvamos a la equivocación de pensar que la música venezolana incluye sólo géneros llaneros. Para los que no saben esto, el dictador Marcos Pérez Jiménez fue quien puso etiquetas a algunos de nuestros símbolos. Escogió a la orquídea como flor nacional, al Araguaney como árbol patrio y al joropo como música nacional. Esto, creo, influyó en que se pensara luego que sólo el joropo es música venezolana . ¿Es que la gaita, el sangueo o incluso el merengue venezolano no son géneros musicales propios? ¿Es que no conocemos gran parte de esa música que tenemos y que es tan nuestra como una reina pepeada, o una cachapa con queso de telita? Como mencioné anteriormente, en Venezuela tenemos mucha música y artistas por descubrir. Colombia y Brasil pueden darnos ejemplos sobre cómo valorar nuestra identidad.

Cada quien lo que es

En Colombia, desde el más humilde hasta el más pudiente escucha y conoce su música tradicional. En los últimos años, los colombianos han hecho un trabajo envidiable por proyectar su cultura. Permítanme una anécdota: hace unos meses estaba ensayando con unos músicos gringos en New York, uno de ellos me preguntó si conocía un ritmo colombiano llamado joropo. La primera reacción que tuve, en un ataque de nacionalismo furibundo, fue la de casi comerme a gritos al gringuito por su ignorancia. Pero me contuve. Algo es cierto: en los llanos orientales de Colombia también se toca joropo. Decidí entonces darme un paseo por la tienda Virgin de New York. Encontré más de 200 títulos en la parte de Colombia, al menos 15 eran joropos. Había hasta un disco titulado Caballo Viejo, con el tema de Simón Díaz tocado en vallenato. En la sección de Venezuela, en cambio, sólo vi 3 discos, uno de ellos tenía, en portada, a una chica en bikini con un arpa.

Brasil es otro caso. En Sao Paulo descubrí que los días sábados, en la tienda de percusión afro brasilera llamada “Contemporánea”, se reúnen personajes de distintas generaciones y niveles musicales, en algo que llaman “Sábado de choro”. El choro es un género de música tradicional brasilera que se empezó a gestar en la década de los años veinte, pilar de otros géneros como la samba y el mismo bossa nova. Pues en esa tienda se reúnen a tocar músicos súper famosos como Hamilton de Holanda, el mismo Toquinho o Chico Buarque, pero también chiquillos que dan sus primeros pasos. Maestros de más 70 años se mezclan con niños de 15 años. Como en una partida de dominó, se anota la gente en una lista para esperar su turno. Así de sencillo.

Un día había allí un adolescente de 14 años tocando mandolina. No era demasiado virtuoso, pero tocaba bien. Me le acerqué y felicité. En mi portuñol le dije: “que raro que tú tan joven estés tocando esa música”. Inmediatamente me contestó algo que me dejo desconcertado. “Es que eso es música brasilera. ¡Eu sou brasileiro!”

Esta anécdota me puso a reflexionar. Pensé sobre cómo, cuando yo tenía esa edad, también tocaba música tradicional venezolana y lo hacía porque me encantaba, pero la mayoría de mis amigos decían que eso era música de viejos. El factor identidad y el orgullo por lo propio es fundamental para la proyección de una cultura; esto lo vemos en otros géneros como el flamenco, que tiene tanta fuerza que atrapa a quien se adentra en su mundo dejándolo embelesado por su dinamismo y su fuerza. Lo mismo pasa con el tango, con la música cubana, con la música de los gitanos del este de Europa, etc.

Yo nací en una ribera del Arauca

Creo que la identidad no tiene horario ni fecha en el calendario. Hay que concientizar para que se conozca internacionalmente la música venezolana. Tiene que hacerse un trabajo de proyección interna que nos lleve a reflexionar sobre lo que somos.

Por otro lado, hay que activar mecanismos de mercadeo para proyectar como debe ser a nuestros artistas a un nivel internacional. Y es que hay un problema gravísimo en la manera como proyectamos esa cultura que tenemos, desde las políticas de Estado en materia cultural, hasta la convicción indiferente del ciudadano hacia su música, ¡Repito! No se puede proyectar lo que no se conoce.

Tenemos que hacer un trabajo muy complejo en el que veamos qué podemos hacer por la música nuestro país y por la proyección de nuestros valores tradicionales. Para que vean algunas de las cosas que no conocemos, les recomiendo que naveguen en youtube y pongan un video hermosísimo que hizo mi amigo Carlos Chirinos que se llama Chimbangles con campana. Busquen también Tambor Redondo, Cantos de Sirena, Tamunangue, La Lora, Calipso Del Callao, etc.

Cruzando Fronteras

Nuestra música, no quepan dudas, es mágica. Posee la cualidad de la multiculturalidad producto del intercambio entre razas.

No sé cual será la formula, o si ésta siquiera existe, pero hay que buscar la manera de que nuestra música venezolana se haga un mercado internacional. Solo sé que primero hay que propiciar una implosión y generar mercado interno, para después hacer la explosión en el mercado externo. Creo que conociendo nuestro potencial musical podríamos hacer un mejor trabajo de proyección.

Sé que tenemos un universo único, original, particular, que los niños venezolanos empezamos a tocar cuatro aprendiendo Compadre Pancho, que es un merengue venezolano con ritmo 5/8, bastante inusual -normales son los patrones de 2 o 4 o hasta de 3 como el vals. Sé que como niños tenemos ese mundo particular y no nos damos cuenta de que estamos aprendiendo un ritmo complicadísimo. Hay mucha tela que cortar y hay que plantear medidas en vez de quejarnos tanto. Tiene que haber una mayor agresividad en la promoción de nuestros artistas. Toca acercarse a los medios de comunicación masivos, crear programas de televisión con nuestros valores. En la radio ha habido mejores iniciativas, pero todavía falta mucho. Por otra parte, tenemos una generación de músicos interesantísimos y no los conocemos. A veces es desesperante estar en el lado de quienes creemos en nuestros valores y en cultores, porque seguimos esperando una mejor respuesta de la gente hacia nuestra música y lo que somos. Proyectar nuestra identidad es una labor que nos corresponde a todos como ciudadanos, sin ánimos –aclaro- de nacionalismos, por el sólo hecho de ser venezolanos, de ser caribes y debérselo a nuestros ancestros.

lunes, 8 de marzo de 2010

Edith Salcedo ¡La negrita cariñosa!


Guayana refugia una sigilosa Edith Salcedo
http://desayunatelo.blogspot.com/

Una mujer con su trayectoria artística guardada en el baúl de los recuerdos, hoy a sus 76 años de edad revela los detalles de una vida llena de éxitos tempranos y de anécdotas que se quedaron marcadas a fuego en su corazón.
Gabriela Monteverde.-


Entre la tranquila tarde de un sábado decembrino, Edith González cubrió de recuerdos el porche de su casa con las vivencias dignas de alguien que antes de ser cantante es una mujer luchadora, a la cual Venezuela aún no termina de agradecerle el inmenso honor que es tenerla como representante de la música Venezolana en el mundo.


Desde la infancia Edith Salcedo era una niña con la chispa artística, tanto fue así que una noche la sorprendió un golpe de suerte cuando tocó la puerta de su casa un productor de discos y preguntó de quién era esa voz tan hermosa que no paraba de cantar, y su madre respondió que era de su pequeña hija Edith.


A partir de su descubrimiento Salcedo asistió a varias revistas musicales transmitidas por radio, ya que aún no había televisión, en el interior del país. Posteriormente a los 19 años de edad viaja a Japón a través de un contrato logrado por su éxito “Moliendo Café”, tema que catapultó a la artista a nivel internacional.


“Yo tengo doble personalidad, una cuando estoy sobre el escenario y otra cuando estoy en mis cosas cotidianas”, dijo Salcedo a quien dice gustarle pasar desapercibida, aunque a veces se vale de su nombre pero “sin darse de diva”. Pese a su acelerado éxito, esta cantante guayanesa supo mantener una convicción personal muy arraigada en cuanto a su vida personal, “nunca me ha gustado que me aten, siempre he sido muy independiente”.


Una nueva vida
Al llegar a Japón Edith Salcedo descubre una nueva manera de expresar su arte a través del canto con orquesta, así como también conoce después de 10 años a su primer amor japonés, con el cual se casó a los 39 años de edad y se fue a vivir a Hawai durante un año y medio posterior a la muerte de su madre, lo cual la marcó profundamente y según ella fue la razón por la que decidió casarse.


Conocida también como “La reina del Caribe”, Salcedo aparece en el programa televisivo “El show de las 12”, y es bautizada por el conductor del mismo como: “la negrita cariñosa”, cuyo seudónimo funcionó perfectamente para ser reconocida en todo el mundo por sus fanáticos e inclusive es parte de su nombre en las producciones discográficas de vinilo de la época.


Toda la historia de Edith Salcedo es contada por ella misma, aún en el porche de su casa en Puerto Ordaz, y enmarcada con un baúl enorme del cual va sacando poco a poco recortes de prensa, fotografías e innumerables vestidos originales que lucía para sus shows en su época dorada de éxitos.


“Toda la gente de 30 años para arriba me ubica porque yo estuve vigente hasta los años 90 bastante fuerte”, dijo la cantante refiriéndose al público por el cual es reconocida actualmente, y el que le brindó sus aplausos durante muchos años.


“Moliendo Café”, también conocido como “Café Cumbia” fue el éxito que catapultó la carrera de Edith Salcedo internacionalmente, así también temas como “El Borracho”, “Amorcito De mi vida” y “Mañanita Aragueña”, también le dieron el gusto a sus discos y la fórmula para vender al público asiático.


Entre personalidades
En las revistas musicales donde se presentaba en el canal ocho la negrita cariñosa, compartía con artistas como Lila Morillo, Raquelita Castaños, Mirla Castellanos y Estelita del Llano, quienes estaban en pleno inicio de sus carreras como cantantes.


Una fotografía inolvidable es una que muestra orgullosamente la negrita cariñosa, donde aparece retratada el diario El Nacional, en compañía del popular Mario Moreno “Cantinflas”, quien fue uno de los que consiguió una buena oportunidad para presentarse Edith Salcedo en la ciudad de Acapulco. “Él era una persona muy agradable y muy serio fuera de su papel de cantinflas”, expresó la negrita cariñosa.


Personalidades como el Príncipe de Japón para la época, también compartieron y disfrutaron del talento de esta afamada cantante venezolana, ya que Japón fue el país que le garantizó su éxito rotundo y una gran aceptación.


La negrita cariñosa pese a su edad y a su actual vida desapercibida en Ciudad Guayana, aún mantienen el contacto con algunos de los integrantes del grupo que la acompañaba en sus presentaciones y que tocaban al son de su voz. “Ahora ellos son todos unos viejos”, dijo pero también enfatizó en que siempre fueron muy buenos amigos durante su carrera musical.


“En estos días estuve pensando en cuadrar un reencuentro con los muchachos del grupo, pero más para rescatar lo que fue aquella época que cualquier otra cosa pues”, propuso la cantante producto de una mina de recuerdos que destapó con ese baúl que adorna la puerta de su casa y que tiene el aspecto del auténtico baúl de tesoros.


Entre las fotografías que desempolva Edith Salcedo, se observa una en blanco y negro donde el ex presidente Luis Herrera Campins le otorga una condecoración de honor al mérito por su destacada representación artística, y la negrita no puede evitar detenerse ante la imagen con una mirada recordatoria de aquel momento.


Presentaciones que marcan
Salcedo también se destacó en televisión en dos novelas, producciones teatrales bajo la dirección del difunto Juan Alberto la Paz Mateo y una producción cinematográfica llamada “la noticia tiene música”, desempeñando su rol de cantante dentro del film.


“Estando en las presentaciones en Japón tenía que llevarme un montón de maletas con los vestidos y todas las cosas, así que tuve que enviar desde Tailandia para Venezuela este baúl lleno de vestidos de presentaciones anteriores y otras cosas que envié desde Veracruz y que se perdieron con el tiempo”, recordó Salcedo con mucha claridad y una exactitud digna de una mujer lúcida y detallista como ninguna.


Las opiniones ante la carrera artística de la negrita cariñosa no se hacen esperar, así que para Mariel Jaime Maza hablar de Edith Salcedo es una historia que ella misma calificó como “cómica”, porque la situación en la que la conoció fue bastante particular. “Yo fui una noche a un evento del instituto de la cultura en el Key Club, y estaba cantando Edith, y yo me acerqué y al terminar la canción le pregunté: ¿qué tu haces aquí?, porque no me explicaba como una voz tan hermosa estuviera allí, y lo peor del caso es que yo no sabía ni quien era ella”, recordó Jaime Maza.
“Tal vez la filosofía de causalidad efecto vaya acorde con el proceso de Edith, porque uno ve posteriormente como un error que ella viniera y se estancara en Puerto Ordaz, pero fueron las situaciones que se fueron dando, pero no suprimiéndose como artista”, opinó Mariel Jaime referente al asentamiento de Salcedo en Guayana y a su alejamiento del espectáculo.

Cantar otra vez
Por otra parte para Edith Salcedo el asunto no es volver a cantar, sino montar todo un espectáculo que requiere mucho tiempo, inversión de dinero y una nueva propuesta para el público. “Yo no voy a volver cantando lo mismo que ya he cantado”, tengo que fusionar, crear, pensar un nuevo trabajo para el público”, dijo.


“Es lanzar un producto en un momento donde lo que está en el mercado es la juventud, no importa que tengas talento o no, la muchacha bonita y eso”, argumentó Salcedo, ya que par ella la televisión no se interesa en el nombre del artista, sino en que se vea bien y venda, creencia que se ha mantenido en el tiempo y que actualmente es así.


Anteriormente para las décadas de los 60, 70 y 80 las principales plazas artísticas, o lugares de presentación para shows musicales eran: los hoteles, los night club, y las televisoras con sus revistas musicales. “Había uno en Sábana Grande que se llamaba Le Paris, El Pasapoga, que era el mejor, pero todos esos fueron desapareciendo y la televisión se volvió un monopolio entre disqueras, televisión y radio” resaltó Salcedo.


Actualmente artistas como Edith Salcedo se encuentran poco beneficiados a la hora de vender su material, debido a que por ser cantantes de edad avanzada y con una carrera aparentemente culminada, resulta difícil levantar el éxito bajo el nombre que han creado a lo largo del tiempo, ya que según Salcedo “un artista nuevo acepta cualquier contrato que le propongan, porque le interesa que lo conozcan, pero a mi el nombre me pesa porque yo no puedo llegar a un sitio y cobrar casi nada por un show, porque el nombre no me lo permite”.





Camino difícil
“Yo tengo los pies sobre la tierra y difiero de Mariel porque no es que vaya y me ponga a cantar, o sea necesito una serie de elementos que ayuden a hacer un lanzamiento como el que yo hice anteriormente o mejor”, dijo la señora Salcedo enfocándose en que lo primordial ahora es alcanzar una estabilidad económica para luego emprender un proyecto de gran envergadura como ese.


Algunos artistas pueden vivir del arte, de hecho es el ideal de todos, pero en el caso de Edith Salcedo es distinta la situación, ya que argumenta que para ella es imposible vivir de la música, aunque lo hizo por muchos años de su vida pero con su experiencia afirma consistentemente que lo primero es no cantar por necesidad sino por placer.


“Estoy en búsqueda de un acompañamiento que de verdad de la talla, hay músicos que he visto como para formar un grupo que son excelentes, son artistas muy especiales como Pronto López que es un excelente guitarrista, pero no los encuentro”, afirmó con preocupación la negrita cariñosa, porque tiene la intención de volver a salir a la palestra musical pero no encuentra los “músicos especiales” que necesita.


Para la señora Teresa Germán de 67 años de edad, Edith Salcedo es un clásico de la cultura venezolana de los años 60, y asegura que todo lo clásico nunca pasa de moda, por ende tiende a volver y aún con más fuerza pero con sus variaciones. “Edith era muy popular en mi época y la canción El Cigarrón nunca faltaba en las fiestas familiares”, recordó Germán su admiradora de la época.


Proyectos e ilusiones
Esta artista venezolana también tiene una gran admiración por cantantes como Juan Luis Guerra y Armando Manzanero, quien en una oportunidad fue el artista invitado en uno de sus shows en México.


“Para mi sería un honor grabar temas de Juan Luis Guerra pero con arreglos míos, de hecho ya los tengo seleccionados y todo porque esa es mi ilusión y siempre seré una mujer muy positiva”, dijo Salcedo con el ímpetu necesario para detonar en los años venideros un nuevo éxito o un ritmo innovador que deleite los oídos de todos los continentes.

Edith Salcedo se desempeña actualmente como presidenta del Comité organizador del Instituto Municipal de Cultura y también fue incluida como patrimonio viviente en el catálogo de patrimonio cultural del municipio Caroní, según la página web: www.almacaroni.gob.ve.

Pero aunque sea un reto volver a la palestra musical, para Edith Salcedo no hay barreras a la hora de que un “golpe de suerte” toque a su puerta y la ayude a impulsarse con todas las ilusiones que aún guarda y que rigurosamente planifica en silencio y aspira ver materializadas en un futuro. “Después de construir mi casita y recibir mi título de licenciada en marzo, pienso continuar con un post grado en cultura y seguir creciendo como persona. Yo aún tengo mis ilusiones”, culminó la estrella que siempre quedará inmortalizada en la música venezolana Edith Salcedo.

viernes, 5 de marzo de 2010

¡El primer año de Culturaprima!

Casi paso desapercibido el primer cumpleaños de mi blog Culturaprima. ¡Vaya! que hubiese sido una lástima. El tiempo pasa rápidamente y el trajín del día a día hace que no tomemos conciencia de los detalles pequeños. Pues bueno, apenas compartiré la experiencia de "tener" un blog. Digo tener entre comillas, porque he asumido este blog quizá como un niño asume la responsabilidad de su primera mascota. Con todo lo que implica de atención, seriedad, disposición, etc. Todo ello, he de precisar, gracias a @LuisCarlos quien me supo vender la idea del blog.

Hasta el día de hoy el blog tiene unas 95 entradas, ellas en sí mismas van mostrando el recorrido de este blog, las primeras un poco más tímidas y cuidadosas, casi a ciegas, sin saber con claridad hacia dónde se va. Poco a poco han ido tomando personalidad, he aprendido a distinguir lo que quiero publicar aquí y lo que me resulta chévere compartir por otras vías como el facebook o el twitter. Este blog representa un interés determinado sobre un área determinada con un lenguaje y unos modos determinados, digamos que personalizados: es mi valor agregado en relación a toda la información que manejo y las experiencias que vivo.

El blog, junto al twitter y el facebook representan mi cara online y como en la vida real, allí muestro lo que quiero y dejo a oscuras lo que desee. Pero también, al igual que en la vida real, me he visto en la obligación de aprender a interactuar; eso va desde aprender unos determinados códigos y jergas, hasta comprender el valor de la información que produzco y de la que llega a mi. No es fácil ser un procesador de información, aunque considero que soy algo más que eso, la actividad de procesar información me es inherente por defecto en el mundo digital. A veces tuve la sensación de que estaba convirtiéndome en un "criptoperiodista digital", pero rápidamente entendí, que hay muchos matices en esto de abrir tu vida y tus ideas al mundo de infinitas posibilidades que representan las redes sociales y la web 2.0. No soy periodista, oficialmente soy "alfredoleal20" y proceso, manejo, comparto, produzco, reflejo y represento un cierto tipo de interés en la web, que gracias a dios, se hace compatible con otros intereses y personas.

Lo bueno de ser blogger, twittero y todo lo que haya por hacer online es que este es un aprendidizaje que no tiene fin, no he llegado al fin del saber, aún sigo desarrollando mi personalidad en el blog, aún tengo "defectos" por así decirlo, pero la verdad es que hay aquí un espacio que es mío y eso es una nota tremenda. Por cierto que no soy el más leído o visitado, ni mucho menos, pero es que a la gente le gusta lo que le gusta, no me acompleja, pues mi blog es mi gran registro de acceso público, del cual hasta yo mismo puedo disponer en cualquier lugar y momento. El que quiera ser un pop star desde el comienzo en este mundo, que se incluya en lista, allí estamos todos formados, pero la verdad de la cosa es que el camino se hace andando, y lo que se construye se hace en forma más o menos gradual.

Ahora siento que tengo más alcance, que mi vida y mis ideas llegan un poco más allá de mi oficina, habitación y familiares y amigos. Eso es una gran responsabilidad y también un gran entretenimiento. Mi personalidad online radica en esta relación entre entretenimiento y responsabilidad. Es lo valioso de este mundo digital.

Bueno, hasta aqui, mis impresiones de lo que ha sido mi cumpleaños número uno online. Gracias a @LuisCarlos por el empujón...

jueves, 4 de marzo de 2010

Venme a buscar, el negro Iván García

Hace un tiempo publiqué mi comentario sobre la producción discográfica de "el negro" Iván García, un bajo profundo venezolano residenciado en España, aquí la nota que publiqué en aquella fecha: http://culturaprima.blogspot.com/2009/03/el-negro-ivan-garcia.html Ahora les traigo aquí una de las canciones más preciosas de dicho disco. En aquella oportunidad había quedado en deuda, por lo que ahora se las retransmito aqui.

miércoles, 3 de marzo de 2010

El Ballet contemporáneo de Caracas en aprietos

Hay con frecuencia noticias buenas, simpáticas y agradables alrededor de la cultura venezolana y latinoamericana, pero no siempre es el caso. Existe en la ciudad de Caracas una lamentable situación con el Ballet Contemporáneo de Caracas, que se ha visto en la necesidad de despedir a sus bailarines ante la entrega de la sede en la que venían funcionando: el Teatro Alberto de Paz y Mateo propiedad del CONAC. El mismo, había sido dado en comodato al grupo THEJA en 1994, quién gerenció la infraestructura hasta el año pasado.

Lo lamentable de la situación no es que el Ballet se haya quedado sin espacios por el vencimiento del contrato, sino la imposibilidad de una negociación con El Instituto de Artes Escénicas y Musicales que le permita vislumbrar nuevas alternativas, ya en Octubre del año pasado el Ballet contemporáneo había perdido el subsidio del gobierno, lo que pone al Ballet en una dificil situación.

Esperemos que esta situación pueda encontrar causes adecuados y se puedan superar los escollos que puedan existir.

 

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