miércoles, 10 de diciembre de 2014

¿Un Plan Metropolitano de Cultura para "el gran Barquisimeto"?

El 2014 comenzó con la impronta de una alineación más o menos estable de fuerzas políticas en los municipios Jiménez, Palavecino e Iribarren del estado Lara. Cada uno de ellos con sus propias visiones y retos, pero con la necesidad compartida de dar respuesta a sus electores a la mayor brevedad posible. La gobernación, en este caso, sería el puente, una especie de hermano mayor que con más de 12 años de experiencia en la gobernanza local se perfilaba como el gran organizador de los proyectos aglutinantes capaces de potenciar las gestiones de los gobiernos locales.

El año transcurrió y algunos proyectos tomaron forma, especialmente los relativos a eventos y conmemoraciones compartidas, otros más relevantes como el Presupuesto Participativo (una estrategia de incorporar por vía directa las necesidades de las comunidades del estado Lara al presupuesto regional y local) contaron con la participación de la gobernación y las alcaldías de Palavecino y Jiménez.  Como era de esperarse cada alcaldía debía forjar su propio itinerario de gestión en base a su ideología política, las necesidades de los vecinos, los "compromisos políticos", y un largo etcétera en el que bien puede entrar casi cualquier cosa.

Partiendo de esta alineación política-ideológica más o menos estable cabe preguntarse si es posible delinear un Plan Metropolitano de Cultura que integre el eje Jiménez-Iribarren-Palavecino para: 1.- otorgarle a la gestión  pública un carácter ciudadano 2.- potenciar sectores con alto potencial socioproductivo como la artesanía, la luthería y la gastronomía típica 3.- promover la convivencia ciudadana y los valores democráticos y 4.- Privilegiar la ciudad como el espacio para lo público

Ya ha pasado tiempo suficiente y va siendo necesario que los proyectos importantes vayan encontrando cause en las tramas de las relaciones políticas y administrativas de las diferentes instancias de la administración pública.  Hace falta una mayor compresión de la vital importancia de la cultura para el impulso de procesos sociales, económicos y políticos.  Quizá también falte una adecuación institucional que pueda posibilitar procesos conducentes al plan; pero es necesario plantear el punto de partida.  El 2015 se abrirá paso entre negras expectativas: presupuestos deficitarios, inflación, escasez y una capacidad muy limitada para operativizar propuestas, pero es fundamental que comencemos a crear criterios compartidos que apunten a la cualificación de nuestra sociedad desde una perspectiva cultural amplia.  Esto es, encontrar modelos innovadores de trabajo que permitan a los gobiernos estar mucho más cerca de los ciudadanos e impactar de mejor manera en su cotidianidad sin tener que recurrir a la dadiva o a la promesa.

Pensar en una gestión gubernamental exitosa para el 2015 pasa por compartir esfuerzos con las fuerzas sociales de la región; un sólido y riguroso criterio financiero y de inversión, y un alto grado de colaboración e intercambio de las distintas instancias de la administración pública. No habrá manera de ejercer una función pública honesta y responsable para el próximo año si no pasa por un esfuerzo amplio y consensuado de trabajo compartido.

Las cartas están echadas, el 2015 nos espera. Ojalá y estemos preparados.

martes, 4 de noviembre de 2014

El tamunangue de Briceño Guerrero

Recientemente nos sorprendió la muerte del filósofo Briceño Guerrero, uno de los pensadores  y escritores venezolanos más influyentes de los últimos tiempos. Su legado literario, reflexivo y humano queda evidenciado en este trabajo realizado por @LaberintoFilms: Laberinto de los siete sones, una aproximación del fílósofo y escritor a los sones de negros.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Murió Olga Camacho, el tambor veleño está de luto

Olga Camacho (1928-2014), fue la mayor de las exponentes del tambor falconiano. La tradición la cultivó desde su niñez y la concretó con la fundación de La Camachera en 1965, una agrupación familiar con la que trazó una ruta que tenía por norte el tambor veleño: el tambor de la costa occidental. Se trata de un toque de tambor cuyas raíces están localizadas en Curazao y, más atrás, en el Congo, de donde provinieron los loan-gos, pueblo que fue llevado a la fuerza a las Antillas Holandesas de donde, a finales del siglo XVII, muchos individuos se fugaron a tierras falconianas para establecerse en los alrededores de su capital, Coro. (fuente: http://www.venezuelademo.com)


Al principio sólo se tocaba el tambor, repicándolo con ambas manos junto a un canto en adoración a Ajé y una danza sensual, que rendía culto a la fertilidad de la mujer. A comienzos de los 40's, Olga Camacho llevó este tambor por las calles de Coro.  En 1946 se alió con el director de Radio Coro, y poco a poco, fue posicionando como una tradición este “loango tambú” como al principio se le llamaba a esta manifestación que se cantaba en papiamento. En 1952, Olga incorporó las letras en español y posteriormente instauró la bienvenida a la Navidad el 30 de noviembre con “Repique del Tambor” en el Paseo Alameda.

 


No hay pérdida con la partida de Olga. Solo ganancia. Nos ha dejado a la cultura venezolana un legado tremendo: el tambor veleño.

Olga Camacho murió este 02 de Septiembre en la ciudad de Coro.


viernes, 25 de julio de 2014

13 de Junio: ¿Día de San Antonio o día del Tamunangue?

A modo de una reflexión propongo una cuestión que sin juzgar definitivamente todos sus aspectos, me resulta muy interesante. Es la solicitud de declaratoria del 13 de Junio como día del Tamunangue.  

Pareciera una situación normal y hasta una causa necesaria, una propuesta por la que habría que asentir de inmediato, pero cuando se mira en profundidad hay que hacerse algunas preguntas. Los que nos consideramos "disfrutadores" y promotores de nuestra cultura sabemos con claridad que el 13 de Junio es el día de San Antonio y que en honor a él hacemos tamunangue. 
La pregunta entonces es ¿Día de San Antonio o día del Tamunangue? La declaratoria pareciera pues, eliminar ese sentido ritual tan arraigado en nuestra gente. Pareciera que con la declaratoria del día del tamunangue, éste se independizara de su santo y por ende de su origen. 
Para los larenses no se trata del día del tamunangue, sino del día de San Antonio. El tamunangue es la manera como expresamos lo que celebramos ese día, ¿por qué cambiar entonces lo que celebramos? Si se quiere proponer un día para el Tamunangue como una expresión cultural en sí misma quizá deberíamos pensar en otra fecha para darle así el valor justo a cada cosa... Quizá la fecha que deba proponerse no sea el 13 de junio, sino el registro histórico más antiguo en que se "proyectó" ¿mostró? el tamunangue ¿Qué piensas tú?

jueves, 12 de junio de 2014

Tamunangue ¿Patrimonio Cultural de la Nación?

Hoy comienzan los velorios de San Antonio que darán paso a la celebración más representativa de del estado Lara: el Tamunangue. La fecha fue ocasión para la declaración de esta manifestación como Patrimonio Cultural de la Nación, pero ¿Qué es esto? ¿Cuáles son sus implicaciones? 

¿De qué va la declaratoria del Tamunangue como Patrimonio Cultural? 

Según la Ley promulgada de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural de 1993 y la Ley de Cultura de 2013 la declaratoria de Patrimonio cultural atiende fundamentalmente a la “defensa” del Patrimonio Cultural de la República. Entendiendo como “defensa” la investigación, rescate, preservación, conservación, restauración, revitalización, revalorización, mantenimiento, incremento, exhibición, custodia, vigilancia, identificación y protección de dicho patrimonio. Se trata de una especia de marco de protección estatal de un bien material o inmaterial, pues no solo los bienes muebles e inmuebles son susceptibles de ser declarados Patrimonio Cultural, también el patrimonio vivo del país, las costumbres, tradiciones culturales, vivencias, manifestaciones musicales, el folklore, la lengua, ritos y creencias los son. Este marco de protección especial responde al interés del Estado de fortalecer la Identidad Nacional, proteger el Acervo Cultural y promover las Artes y la Cultura. 

¿Qué cambia la declaratoria? 

La declaratoria es obligación prioritaria para el Estado y la ciudadanía. Las leyes establecen la corresponsabilidad entre Estado y Sociedad para la identificación, preservación, rehabilitación, salvaguarda y consolidación del patrimonio cultural de la República Bolivariana de Venezuela. En la Práctica los efectos son pocos, pues ni la ley de cultura ni la ley de Patrimonio Cultural establecen los mecanismos concretos con los que se llevarán a cabo los procesos de defensa, protección, etc. Así que no se traducirá en más y mejores presupuestos o nuevos centros de investigación, o presencia en medios de comunicación o en escuelas públicas del país. Quizá sí tenga un impacto relativo en la presencia de la manifestación en los centros culturales públicos y privados que generen a su vez interés en elaborar materiales audiovisual para la difusión. Más allá de eso es poco lo que podemos esperar realmente de esta declaratoria. Siendo honestos, los gobiernos venezolanos no se han sentido especialmente obligado por la ley a cumplir sus compromisos, muchos menos en lo tocante a la promoción de manifestaciones culturales.

¿Es pura propaganda la declaratoria? 

No. Los asuntos culturales no solo se tratan de “cosas” también se trata de nuestra relación con ellas. Una declaratoria también hace la función de distinción honorífica. Muchas de las personas vinculadas a la manifestación la han cultivado por amor propio, por convicción, la declaratoria es una obligación de reconocer al menos simbólicamente lo que en la práctica es el trabajo minucioso, sistemático y callado de muchos venezolanos. Es por tanto la afirmación de que lo que somos como país lo vamos labrando en los detalles. No están demás. 

Ahora bien ¿De qué hay que “defender” al Tamunangue? 

Bueno, la cosa es compleja. Vivimos en un país dirigido por un gobierno con muchas “seguridades”, poseedor de demasiadas “verdades”. Hace años creíamos en identidades sólidas, bien definidas por nuestras fronteras nacionales y veíamos en cada vecino, en cada propaganda, en cada libro extranjero, en cada disco, un potencial agresor de nuestra “identidad”. Creíamos que podíamos ser influenciados –con o sin intención- al extremo de desvincularnos de lo más constitutivo de nuestra identidad para abrazar otros estilos de vida. Se trata de una postura que no reconoce la complejidad de ser persona, pero tampoco las condiciones de la vida moderna y sus interconexiones. Esta visión prevalece, en nuestras leyes y en nuestra -pasada de moda- concepción de cultura, pero hay que decir que no somos los únicos.

Pero ciertamente hay tradiciones extintas ¿No necesitan ser defendidas para que no mueran? 

Las tradiciones, manifestaciones, etc. son concreciones de nuestra particular manera de entender y relacionarnos con el mundo. Hay manifestaciones y tradiciones que no son capaces de ser resignificadas o que estaban amparadas en un estilo de vida que ya no existe. Las tradiciones se mantienen, cambian y mueren, todo a la vez. No se puede defender una manifestación si no hay una comunidad, un estilo de vida, una visión, que pueda posibilitarla. Pareciera que tras el deseo de “defender” se tratara de “congelar”, de “atrapar en el tiempo” una “experiencia ideal”, algo así como el estado más puro de una tradición, sin caer en cuenta que no existe una cosa tal. Solo por poner un ejemplo. La vestimenta del Tamunangue se consolidó hace bastante poco. También el orden de los sones y la aparición de conjuntos tamunangueros (grupos artísticos de proyección). Es un sinsentido pensar que el Tamunangue nació tal y como lo conocemos hace 400 años. Ahora mismo existe un quiebre generacional en cuanto al modo de llamarlo. Los más “viejos”, acostumbraron de niños llamar al Tamunangue “Sones de negros”. Incluso era no poco frecuente la expresión “vamos pa’ los negros” u otra similar. Las generaciones más nuevas conocieron la manifestación como Tamunangue. Solo después de una aproximación más cuidadosa a la manifestación se conocía la expresión “Sones de negros”. Si defender es congelar, atrapar en una fotografía, hacer rígida una manifestación al definirle sus detalles más mínimos, es entonces también, aniquilar las referencias vitales que con el paso del tiempo comunidad y manifestación se dan entre sí para que siga existiendo esa expresión del ser de un pueblo. 

¿Es lo que sucede en el caso del Tamunangue?

No es un absoluto, ni se da en un instante. Tampoco depende de una persona o grupo élite. Estamos en una etapa –al menos eso creo- de cambio, de apertura de flexibilización de la manifestación. Hay tendencias que apuestan a un falso tradicionalismo purista, pero también hay quienes defienden una relación más espontánea que incorpore sin complejos nuevos elementos propios de nuestro actual estilo de vida. No se trata de una competencia con ganadores y perdedores, se trata de un proceso de ajuste gradual. Será en último término la comunidad tamunanguera la que vea con buenos ojos la incorporación o desincorporación de sentido que sufre la manifestación. De la misma manera que se redondean las piedras del río se va consolidando la manifestación hasta que por necesidad comienza a generar un nuevo proceso de cambio. 

 ¿Habrá entonces Tamunangue para rato?

Con el favor de Dios y San Antonio, sumado a una razonable actuación estatal en la definición de políticas culturales que recojan la complejidad de lo que somos en este mundo que nos ha tocado vivir.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Centro Gumilla: Invitación al V Encuentro Internacional de Constructores de Paz

El próximo viernes 23 de mayo se realizará el V Encuentro de Constructores de Paz en la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas).

Cada año hemos recopilado decenas de ejemplos de todo el país que demuestran que la paz es posible. Este año habrá cambios. Llevamos varios meses en un escenario de conflictividad que no sólo ha afectado la convivencia política, sino que también se nutre de otros conflictos sociales y económicos que sobrecargan nuestra cotidianidad. Algo ha cambiado en estos años de eventos y es que afrontar los retos de la convivencia y el diálogo se hace cada vez más urgente. El país lo exige y es un compromiso de la Red de acción social de la Iglesia, encargada de estas jornadas de reflexión.

Este 23 de mayo el encuentro contará con ponentes nacionales que reflexionarán sobre la coyuntura política y cómo procesar el conflicto. El foco es fortalecer una visión ampliadas del "nosotros", cómo reconciliarnos y cómo fortalecer nuestro trabajo diario. Además, estamos preparando para las horas de la tarde una serie de talleres prácticos con herramientas que puedan usarse en la vida cotidiana para construir paz. Así tendremos espacios dedicados a la formación en herramientas para exigir derechos o justicia, talleres de comunicación, espiritualidad, despolarización política, diálogo en organizaciones sociales, primeros auxilios psicológicos y manejo de las emociones, acompañamiento a pacientes, integración grupal y procesos de reconocimiento. Será un espacio de encuentro y contagio. Un día para aprender y buscar respuestas en colectivo.

Será de entrada libre y recomendamos que asista en grupo para que pueda repartirse entre los talleres que se harán simultáneamente. Puede inscribirse respondiendo este correo o en la página del evento en Facebook, donde podrá compartirlo con otros contactos. Siéntase libre de compartir con otros este encuentro. Bienvenidos al V Encuentro de Constructores de Paz: La construcción del nosotros.

IV Encuentro Internacional de Constructores de Paz. 2013 from Centro Gumilla on Vimeo.

Nuestro cine venezolano

Suelo pensar de la música venezolana que me gusta, no por nuestra, sino por buena.  En el caso del cine venezolano podría afirmar lo mismo.  Con esto no quiero decir que todas las películas que se hacen en Venezuela son buenas o tienen que serlo porque "o se hace todo bien o no se hace nada".

Así como sucede con la música venezolana, donde existen unas piezas increíbles, unos discos importantísimos y unas intuiciones bien encaminadas; sucede con el cine: no toda película que se estrene debe ser una obra maestra en sí misma.  Hay películas buenas y malas, películas que poseen muy buena fotografía o muy buen guión o sencillamente toda ella es una obra maestra.

Que se está haciendo buen cine en la actualidad, que el nivel haya mejorado, que exista una plataforma de creación y distribución de cintas, que estén surgiendo nuevos directores con nuevas estéticas, es una señal de que vamos por buen camino.

Seguro es que falta mucho camino por andar, pero hay que destacar que se están haciendo las cosas bien y el público está respondiendo.  Quizá no haya boom, pero sí un proceso de hacer mejor lo que antes se hacía bien.

Acá un breve documental sobre el cine venezolano elaborado por  que inspiró esta nota

 

Copyright @ 2013 Cultura Prima.