lunes, 25 de junio de 2012

Cuánto tienes del torso hacia arriba y cuánto del torso hacia abajo


Recuerdo que siendo muy niño mi papá invitó a un amigo jugador de palo curarigüeño a casa, pretendía, nada más y nada menos, que aprendiéramos el juego con él. Mi padre le dijo algo así como: “quiero que me le enseñes todo lo que sabes...”, el hombre nos miró entre extrañado y sorprendido, no sé si por la propuesta de mi papá o por la cara de susto que pusimos mi hermano y yo. Era obvio que no hubo consulta previa a ninguna de las dos partes..., solo deseos paternos, pero no estábamos preparados aún para dar ese paso, tampoco el señor, sobre todo porque los jugadores de garrote que conocíamos para entonces, y creo que eso se mantiene hasta el presente, llevaban ese conocimiento como algo sagrado y secreto que no estaban dispuestos a compartir a la primera pedida, menos con un par de tripones con cara de no me interesa...

Pasarían algunos años hasta que decidiéramos por fin adentrarnos en esos misterios, un viejo maestro de la comunidad, Pilar Guédez, fue uno de nuestros más cercanos inspiradores, aunque nunca nos atrevimos a pedirle que nos enseñara. Aprendimos con un amigo contemporáneo nuestro(Hernán Castillo), solo los pasos básicos de la batalla, de la cual se dice que es una parte derivada del juego de garrotes. Comparto esa creencia. Ambas disciplinas coinciden en algunos de sus principios básicos. Así que mi hermano Domingo y yo por fin nos iniciamos y luego me encargué de iniciar también a Florentino, mi otro hermano, irónicamente fue él quien se desarrolló como batallero, José Pastor Yépez se encargó de enseñarle todo lo que le hacía falta, que era bastante.

A mí ese poquito que aprendí me ha sido suficiente para comprender que en ambos casos, juego de garrote(defensa personal) o batalla( juego ritual ), exigen igualmente una destreza y un conocimiento muy particular. En ambos casos la postura corporal, la concentración y la actitud son muy importantes. Con el presente relato pretendo explicar no un método, pero sí algunas observaciones que me parecen de suma importancia, en especial para las personas que quieran adentrarse en este conocimiento. Para ello, Dejemos de un lado el juego de garrote lo cual veo mas complejo y exigente, concentrémosno en La Batalla:

Primera observación, los movimientos de este juego no son casuales, improvisados o instintivos... los viejos jugadores de batalla se tomaron todo su tiempo para aprenderlo, ensayarlo... y esa misma paciencia la demuestran durante el juego. No hay prisa. La pareja de jugadores toma cada uno su respectivo garrote, posan una de sus manos sobre la muñeca del brazo que empuña el arma, cruzan ambos palos y caminan pausadamente. No hay prisa en terminar este momento, llegan hasta el santo hacen una reverencia, se persignan, luego van hacia los músicos saludan y regresan al santo otra vez, vuelven y de repente pasan a otro etapa del desafío, ahora se desplazan en círculo y el garrote gira en cada mano... este desplazamiento en círculo traza un radio aproximado de 180 grados, cada uno la mitad de una circuferencia, al llegar retornan sobre sus pasos y otra vez repiten la faena, se genera una sensación de ansiedad en el ambiente, la mirada fija y penetrante de los jugadores lo dice todo, ¿teatro?, tal vez, pero el ambiente se hace tenso cuando dos buenos batalleros pasan al centro del ruedo conformado por músicos, santo, bailadores y público entremezclado...

Segunda observación, durante el lance, los cuerpos adoptan una posición relajada, los movimientos son ritmicamente acompasados, se mueven ambos a la misma velocidad, ninguno más rápido ni más lento que el otro, un envión es recibido y continuado con otro movimiento del contrario, pareciera que uno es la extensión, la continuidad del otro. Un ataque se hace con el brazo y el impulso es acompañado por todo el cuerpo, se maneja el garrote con un estilo muy particular, corta el aire y avanza amenazante a la humanidad contraria quien espera retador exponiendo su hombro derecho, ágilmente se hace a un lado, su mano izquierda se mueve detrás del garrote como empujando al bastón que pasa cortando el aire y termina en un fallido intento, todo a la misma velocidad. No se tocan ni golpean, dependiendo de la figura, chocarán los palos en ciertas ocasiones; respecto a esa forma magistral como los jugadores mueven los garrotes Eduardo Sanoja dice que llega un momento en que no se sabe “...si es un hombre jugando garrote o es un garrote jugando hombre”.

Tercera observación, Hay varios tipos de movimientos: uno del torso hacia arriba, otro del torso hacia abajo y un tercer movimiento de desplazamiento. Los movimientos del torso hacia arriba dibujan las figuras del ataque y la defensa con los brazos, los cuales se estiran y encojen en agresiones y evasivas, es muy importante el movimiento giratorio de las muñecas que mueven dinámicamente el palo hasta concluir cada figura, el brazo coloca en el punto a golpear, la muñeca remata con finura y elegancia el movimiento.
Del torso hacia abajo las piernas afincan sobre la planta de ambos pies y, lo que es más importante, estos movimientos no son casuales, los jugadores se guían por un cuadro imaginario en torno al cual giran, si vas a atacar, tienes el pié izquierdo delante pisando una de las puntas del ángulo, el derecho detrás a una distancia que permite mantener el equilibrio, cuando efectúas el ataque el pié izquierdo se desplaza diagonalmente, a la izquierda, fuera del cuadro, simultáneamente el derecho se coloca delante posesionándose del ángulo siguiente al que pisaba el izquierdo; con el pié derecho delante y pie izquierdo detrás se espera el ataque, cuando se efectúa la ofensa, evade dejando pasar el golpe y nuevamente coloca el pié izquierdo en la siguiente esquina listo para atacar. Cuando vean un juego de batalla fijense en la coordinación que simultáneamente realizan de la parte superior e inferior del cuerpo. Una de las cosas que distingue a los buenos batalleros, y es lo que hace la diferencia, es cuanto se tiene del torso hacia arriba y cuanto del torso hacia abajo.

Cuarta observación, existe toda una terminología para identificar las posturas, los ataques y las defensas del desafío. Conozco algunas palabras, aquí les dejo una muestra: “la salida” es la primera postura que se adopta para iniciar el desafío, “llamada” postura del cuerpo en posición de reto, el “barrecampo” es un ataque al punto medio del cuerpo es un lance que si se hiciera con un certero golpe de machete, partiría en dos al oponente desprevenido., el “puyonazo” ataque en forma de estocada al punto medio del cuerpo. El “desarme” acto de dejar al oponente sin su arma. Un maestro batallero podría completarnos este glosario y ampliarnos el conocimiento sobre el tema.

Desplazamientos, reverencias, cuerpos que parecen danzar a un acompasado ritmo interior que une a los oponentes en mágico y marcial movimiento, términos que dan nombre y conceptuan el juego convirtiéndolo en sistemático saber, generalmente transmitidos por vía oral. Muy poco se ha escrito sobre ello, algo excepcional constituye los casos de los maestro Eduardo Sanoja y Argimiro González quienes han dedicado buena parte de su vida a aprender y difundir los secretos del juego de garrote, disciplina que, como dije antes, pudo haber dado origen al juego de batalla.

La invitación es para que nos adentremos en las intimidades de este saber, que nos pertenece, pero acompañados del mas profundo y manifiesto de los respetos. Jugar La Batalla es como cantar o hacer música, es para vivirlo, disfrutarlo, hacerlo libremente, pero debes también cumplir con las obligatorias normas de rítmo, armonía y afinación que le son propias y sin las cuales el conjunto no sonaría como debe ser. Creo que es una de las razones por la cual los maestros son tan celosos con lo que saben, tal vez no les anima ver su arte desafinado por cualquier aprendiz irreverente...


Jose Esteban Pérez

Alfredo Leal

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