La agrupación vocal ENSAMBLE FÉNIX regresa al área metropolitana de Caracas para ofrecer dos presentaciones. La primera de las presentaciones será el día Sábado, 7 de Julio a las 4pm en el Auditorio Hno. Lanz de la UCAB y la segunda el DOMINGO 8 DE JULIO, en la Sala de Conciertos del BOD CorpBanca Centro Cultural, 11:30am.
El Ensamble Fénix es un sexteto vocal mixto que se fundó en la ciudad de El Vigía, Estado Mérida en el año 1999. El nombre "Fénix" se debe a que el grupo nació de las cenizas que quedaron de un coro de niños y un coro juvenil disueltos en ese mismo año.
Durante su visita a Caracas, nos cautivarán con un variado repertorio internacional y nacional, especialmente, el de su última producción discográfica “Guayoyo”, que contiene temas singulares de la música venezolana como la danza zuliana “Sr. JOU”, el vals “Viajera del río”, hermosos joropos, calipsos y merengues.
La presentación del día Sábado, 7 en el Auditorio de la UCAB será con entrada libre y contarán con el Grupo Cámago como invitado especial, mientras que las entradas para la presentación del domingo 8 en el Auditorio de BOD CorpBanca Centro Cultural, tendrán un valor de 140,00 Bs, están actualmente disponibles en taquillas del Centro Cultural y en la página www.ticketmundo.com. En esta oportunidad el afamado cuatrista Jorge Glem será el artista invitado.
Recuerdo que siendo muy niño mi papá invitó a un amigo jugador de palo curarigüeño a casa, pretendía, nada más y nada menos, que aprendiéramos el juego con él. Mi padre le dijo algo así como: “quiero que me le enseñes todo lo que sabes...”, el hombre nos miró entre extrañado y sorprendido, no sé si por la propuesta de mi papá o por la cara de susto que pusimos mi hermano y yo. Era obvio que no hubo consulta previa a ninguna de las dos partes..., solo deseos paternos, pero no estábamos preparados aún para dar ese paso, tampoco el señor, sobre todo porque los jugadores de garrote que conocíamos para entonces, y creo que eso se mantiene hasta el presente, llevaban ese conocimiento como algo sagrado y secreto que no estaban dispuestos a compartir a la primera pedida, menos con un par de tripones con cara de no me interesa...
Pasarían algunos años hasta que decidiéramos por fin adentrarnos en esos misterios, un viejo maestro de la comunidad, Pilar Guédez, fue uno de nuestros más cercanos inspiradores, aunque nunca nos atrevimos a pedirle que nos enseñara. Aprendimos con un amigo contemporáneo nuestro(Hernán Castillo), solo los pasos básicos de la batalla, de la cual se dice que es una parte derivada del juego de garrotes. Comparto esa creencia. Ambas disciplinas coinciden en algunos de sus principios básicos. Así que mi hermano Domingo y yo por fin nos iniciamos y luego me encargué de iniciar también a Florentino, mi otro hermano, irónicamente fue él quien se desarrolló como batallero, José Pastor Yépez se encargó de enseñarle todo lo que le hacía falta, que era bastante.
A mí ese poquito que aprendí me ha sido suficiente para comprender que en ambos casos, juego de garrote(defensa personal) o batalla( juego ritual ), exigen igualmente una destreza y un conocimiento muy particular. En ambos casos la postura corporal, la concentración y la actitud son muy importantes. Con el presente relato pretendo explicar no un método, pero sí algunas observaciones que me parecen de suma importancia, en especial para las personas que quieran adentrarse en este conocimiento. Para ello, Dejemos de un lado el juego de garrote lo cual veo mas complejo y exigente, concentrémosno en La Batalla:
Primera observación, los movimientos de este juego no son casuales, improvisados o instintivos... los viejos jugadores de batalla se tomaron todo su tiempo para aprenderlo, ensayarlo... y esa misma paciencia la demuestran durante el juego. No hay prisa. La pareja de jugadores toma cada uno su respectivo garrote, posan una de sus manos sobre la muñeca del brazo que empuña el arma, cruzan ambos palos y caminan pausadamente. No hay prisa en terminar este momento, llegan hasta el santo hacen una reverencia, se persignan, luego van hacia los músicos saludan y regresan al santo otra vez, vuelven y de repente pasan a otro etapa del desafío, ahora se desplazan en círculo y el garrote gira en cada mano... este desplazamiento en círculo traza un radio aproximado de 180 grados, cada uno la mitad de una circuferencia, al llegar retornan sobre sus pasos y otra vez repiten la faena, se genera una sensación de ansiedad en el ambiente, la mirada fija y penetrante de los jugadores lo dice todo, ¿teatro?, tal vez, pero el ambiente se hace tenso cuando dos buenos batalleros pasan al centro del ruedo conformado por músicos, santo, bailadores y público entremezclado...
Segunda observación, durante el lance, los cuerpos adoptan una posición relajada, los movimientos son ritmicamente acompasados, se mueven ambos a la misma velocidad, ninguno más rápido ni más lento que el otro, un envión es recibido y continuado con otro movimiento del contrario, pareciera que uno es la extensión, la continuidad del otro. Un ataque se hace con el brazo y el impulso es acompañado por todo el cuerpo, se maneja el garrote con un estilo muy particular, corta el aire y avanza amenazante a la humanidad contraria quien espera retador exponiendo su hombro derecho, ágilmente se hace a un lado, su mano izquierda se mueve detrás del garrote como empujando al bastón que pasa cortando el aire y termina en un fallido intento, todo a la misma velocidad. No se tocan ni golpean, dependiendo de la figura, chocarán los palos en ciertas ocasiones; respecto a esa forma magistral como los jugadores mueven los garrotes Eduardo Sanoja dice que llega un momento en que no se sabe “...si es un hombre jugando garrote o es un garrote jugando hombre”.
Tercera observación, Hay varios tipos de movimientos: uno del torso hacia arriba, otro del torso hacia abajo y un tercer movimiento de desplazamiento. Los movimientos del torso hacia arriba dibujan las figuras del ataque y la defensa con los brazos, los cuales se estiran y encojen en agresiones y evasivas, es muy importante el movimiento giratorio de las muñecas que mueven dinámicamente el palo hasta concluir cada figura, el brazo coloca en el punto a golpear, la muñeca remata con finura y elegancia el movimiento.
Del torso hacia abajo las piernas afincan sobre la planta de ambos pies y, lo que es más importante, estos movimientos no son casuales, los jugadores se guían por un cuadro imaginario en torno al cual giran, si vas a atacar, tienes el pié izquierdo delante pisando una de las puntas del ángulo, el derecho detrás a una distancia que permite mantener el equilibrio, cuando efectúas el ataque el pié izquierdo se desplaza diagonalmente, a la izquierda, fuera del cuadro, simultáneamente el derecho se coloca delante posesionándose del ángulo siguiente al que pisaba el izquierdo; con el pié derecho delante y pie izquierdo detrás se espera el ataque, cuando se efectúa la ofensa, evade dejando pasar el golpe y nuevamente coloca el pié izquierdo en la siguiente esquina listo para atacar. Cuando vean un juego de batalla fijense en la coordinación que simultáneamente realizan de la parte superior e inferior del cuerpo. Una de las cosas que distingue a los buenos batalleros, y es lo que hace la diferencia, es cuanto se tiene del torso hacia arriba y cuanto del torso hacia abajo.
Cuarta observación, existe toda una terminología para identificar las posturas, los ataques y las defensas del desafío. Conozco algunas palabras, aquí les dejo una muestra: “la salida” es la primera postura que se adopta para iniciar el desafío, “llamada” postura del cuerpo en posición de reto, el “barrecampo” es un ataque al punto medio del cuerpo es un lance que si se hiciera con un certero golpe de machete, partiría en dos al oponente desprevenido., el “puyonazo” ataque en forma de estocada al punto medio del cuerpo. El “desarme” acto de dejar al oponente sin su arma. Un maestro batallero podría completarnos este glosario y ampliarnos el conocimiento sobre el tema.
Desplazamientos, reverencias, cuerpos que parecen danzar a un acompasado ritmo interior que une a los oponentes en mágico y marcial movimiento, términos que dan nombre y conceptuan el juego convirtiéndolo en sistemático saber, generalmente transmitidos por vía oral. Muy poco se ha escrito sobre ello, algo excepcional constituye los casos de los maestro Eduardo Sanoja y Argimiro González quienes han dedicado buena parte de su vida a aprender y difundir los secretos del juego de garrote, disciplina que, como dije antes, pudo haber dado origen al juego de batalla.
La invitación es para que nos adentremos en las intimidades de este saber, que nos pertenece, pero acompañados del mas profundo y manifiesto de los respetos. Jugar La Batalla es como cantar o hacer música, es para vivirlo, disfrutarlo, hacerlo libremente, pero debes también cumplir con las obligatorias normas de rítmo, armonía y afinación que le son propias y sin las cuales el conjunto no sonaría como debe ser. Creo que es una de las razones por la cual los maestros son tan celosos con lo que saben, tal vez no les anima ver su arte desafinado por cualquier aprendiz irreverente...
Entre las cosas que me entusiasman de los tamunangues que realizamos en Caracas, es el caracter espontáneo, de compromiso individual y grupal que aquí se manifiestan y que me hacen recordar a esas celebraciones tamunangueras de mi comunidad Titicare, en Barquisimeto, en la que no existían conjuntos, grupos organizados, no existían ensayos y tampoco uniformes.
En nuestros tamunangues no había necesidad de cautivar a la gente para que asistiera a la fiesta. Ya todo estaba en la agenda mental, en el compromiso sentimental y devocional de cada uno. Así que llegado el día, todos estábamos en el lugar y el rol que nos correspondía desarrollar: los organizadores, los músicos, los bailadores..., claro, era un solo tamunangue al año, el tamunangue de la comunidad.
Nuestros tamunangues en Caracas guardan ciertas similitudes, con las naturales diferencias del tiempo, la cultura y la distancia, en Caracas mantenemos nuestros encuentros periódicos con apenas un aviso que alguno de los interesados colocamos en este sitio que comunmente escogimos para comunicarnos, aunque hay casos que, por haberse repetido permanentemente por varios años en la misma fecha, ya casi no se hace necesario, ya está incluída en nuestra agenda mental.
Ayer nos encontramos en el tamunangue de Irene( en Santa Inés) allí estábamos, no todos, si no quien pudo y quiso ir. Y esta es una de las cosas que me parecen dignas de celebrar de estas reuniones festivas y devocionales. Va quien puede y quiere y eso no es motivo de incomodidad. No es una agrupación con uniforme a quien se ha invitado(aclaro no tengo nada en contra), es simplemente gente con coincidencias que nos reunimos espontáneamente a festejar. Asístimos personas con diferentes compromisos y membrecías grupales. Unos al comienzo, otros a la mitad y otros finalizando el tamunangue, que no el encuentro. El “Negro Antonio”, el símbolo de unidad en el centro de honor y en torno suyo los celebrantes bailando, cantando, bebiendo o comiendo algo de lo que generosamente ofreció la armoniosa pareja Irene-Antonio o algunos de los invitados llevaron.
Hoy fue la reunión en casa de Irene y Antonio, mañana será en casa de mi tía, Darío Nava, Juan Echeverría, Tania y Doris, Pedro y Rita, Kalenka y Henry, Alex Paredes, los recientes de UNEARTE, UCAB, y otros tantos que no me vienen a la memoria en este momento, pero están en el calendario de La Sociedad Tamunanguera. La celebración comienza con La Salve y en algunos encuentros con una misa(es el caso de Henry y Kalenka), el altar se conforma con la imagen repetida del santo, pues cada quien lleva el suyo.
Hay estilos diferentes, algunas mujeres bailan con varas otras sin ellas al estilo sanare, lo mismo sucede con los cantos, es una mezcla de varias influencias y aunque varían las formas musicales y dancísticas, el ritual es el lugar de confluencia: quema de incienso, rezos, ruegos y agradecimientos públicos por la salud y el bienestar familiar y grupal. Aunque mantengo un criterio divergente con esta manera tan abigarrada de formas, algunas, incluso, surgidas aquí en Caracas, debo aceptar que en el fondo lo que importa se mantiene: la fe, la unión, la identidad cultural, el afecto y agreguénle uds otras razones más.
Es 13 de Junio y aunque los devotos de San Antonio ya celebran la fiesta desde anoche con el tradicional velorio, es hoy cuando estalla la alegría de la tradición por el Santo de Padua.
En Caracas para hoy tenemos a las 4pm el acostumbrado tamunangue de la plaza del BCV llevado por Sol larense y su gente. Los que tengan tiempo que se acerquen. Los que hoy no puedan celebrar al santo y compartir la devoción con otros tienen otras opciones:
El viernes 15 a las 2:30pm se dictará el taller de cantos de velorio e instrumentación de tamunangue con los Golperos de Don Pío en la Fundación Bigott. El Viernes 15 a las 6pm también en la Bigott será el velorio a San Antonio y el Sábado 16 a las 10am la misa y tamunangue con Los Golperos de Don Pío y alumnos y profesores de Fundación Bigott.
El sábado 16 a las 3pm en el Centro de la Diversidad Cultural también podrán disfrutar del tamunangue de Sol Larense y su gente
El 29, aunque es día de San Pedro y muchos correrán a Guatire será el tamuanngue de la UCAB. La hora pautada es las 12m y la entrada al igual que el resto de los anteriores es libre.
Kalenka y Henry Ardila tendrán su tamunangue el 4 de Agosto en la Residencia los Samanes en el Valle, mientras que el de Irene Gil en Santa Inés será el 16. Para estos últimos se requiere invitación o aparecerse con un invitado.
Opciones hay, así que para los guaros y no tan guaros que quieran disfrutar de esta tradición solo tienen que escoger una fecha.
Dicen en Lara que la utilización del témino tamunangue es muy reciente, antes, según lo mencionan los viejos tamunangueros, la palabra en uso era “Sones de Negro”, en algún momento y por alguna razón, se le empezó a llamar Tamunangue, seguramente, al comienzo de este proceso de cambio idiomático, hubo una natural resistencia, traducida la misma, no en una lucha en el sentido de resistencia física para oponer con esmero una razón normativa de la lengua, sino mas bien en el sentido del uso diario y repetido,del sentido de la misma.
Cuando se introduce una palabra nueva(neologismo ) o extraña en un ambiente cultural, pueden suceder muchas cosas, una de ellas es que al principio su significado lo saben solo unos pocos, otra es que unos terminan por entenderla y aceptarla dada su reiterada presencia en la comunicación, pero también sucede lo contrario, es decir, el vocablo no es entendido ni aceptado y en poco tiempo cae en el más franco desuso. En otros casos sucede incluso, que es aceptada por muchos y al cabo de cierto tiempo pasa de moda.
Creo que el anglicismo “okey” es un buen ejemplo para ilustrar el primer caso: llegó, se entendió y se quedó en la lengua, en el segundo caso me atrevo a citar la palabra brother,“broder”, si la queremos expresar en una pretendida forma criolla, se usó tiempo atrás, pero atrás quedó. Hoy decimos okey en cualquier nivel, circunstancia y lugar, brother encaja solo si estamos hablando el inglés. En todo caso quiero decir que las palabras se incluyen en la cultura de una localidad si son aceptadas y usadas de manera regular por esa localidad. La palabra “chevere” penetró a tal profundidad las raíces de la cultura hablada del venezolano que es indudable que nos identifica.
Si hacemos una búsqueda consciente y objetiva de la palabra tamunango, podremos encontrar que su uso es de una condición un poco curiosa, se utiliza mas en algunos escritos, en algunos ámbitos y escenarios, sobre todo por algunos cuando están detrás de un micrófono y, lo que me parece mas curioso aún, por quienes hablan en posición de expresar saberes que van más allá del vulgar conocimiento. En síntesis, la palabra tamunango no es del uso común porque no ha sido aceptada en el uso común como propia.
¿Por qué pretender su aceptación como una término popular, en especial si los maestros continúan usando la designación mas genérica, tambor, como forma exclusiva para identificar y conceptualizar al único membranófono de un parche con cuerpo de madera y que se ejecuta reposado cuan largo es sobre el suelo larense?. En los años 50s la investigadora Aretz encontró que era la única forma como lo identificaban los poblados larenses, en los años 70s Benito Yradi registró el mismo uso en cultores sanareños y en la actualidad preguntémosle a Ivan Querales(Tocuyo), Teofilo Escalona(Carora), el maesto Trino Rivas (Barquisimeto), y Bernavé Alvarado(Sanare)por mencionar solo algunos portadores patrimoniales, cual es el uso que le dan a este vocablo.
Conocí un tamunangue que se ejecutaba sólo como celebración patronal o de cumplimiento devocional de una promesa. En el tiempo aparecieron los tamunangue como despedida u homenaje a un tamunanguero fallecido, también los tamunangue de tarima y escenario teatral, los tamunangues en mitines políticos e, incluso, por celebración de onomásticos y cumpleaños. Todos ellos aceptados socialmente por propios y extraños y creo que hasta por el propio santo que siempre es convidado a ocupar su lugar de honor aunque algunas veces compartido con otros símbolos interesados.
Esto nos dice como las tradiciones van mudando gradual y progresivamente su significado y hay que aceptarlo, no porque sea razonable hacerlo, sino porque esa es la nueva realidad. Dice Silva Uzcátegui (Enciclopedia larense) que el científico Lisando Alvarado escribió sobre varios bailes de tambor que se celebraban en la antiguedad en Barquisimeto los cuales eran llamado “Chimbique”, al no conocerse otras danzas de tambor en el pasado en esa ciudad, se supone que se trataba de los mismos bailes que también se conocieron como baile de negros y hoy designamos como tamunangue. Cambian los significados, la función y los nombres de las cosas y los ritos sociales, pero aun en sus transformaciones, mantienen los rastros que expresan tácitamente su historia pasada, de las razones olvidadas, de sus funciones olvidadas. Tal es el uso del nombre genérico de tambor en Lara que, pueda que se deba a que no se conoció otro instrumento igual del cual distinguirlo pues el único de nombre parecido, se diferenciaba de este con el uso femenino de tambora.
Debemos aceptar que en la actualidad el tamunangue se resignificó y refuncionalizó en el uso social contemporáneo para hacerse mucho mas expansivo e inclusivo que en el pasado, que es patrimonio de integración cultural más allá de su lugar de nacimiento, que es motivo de identidad, de religiosidad y de cordialidad entre iguales y diferentes. Es por este motivo que me parece importante valorar los elementos que contiene la celebración(incluido su vocabulario) y que le permiten ofrecer las razones de cohesión que le caracterizan. Creo que no es buena idea pretender llamarlo, presentarlo, designarlo mas allá de lo que realmente lo practica y acepta el pueblo que lo usufructúa.
Desde hace días están saliendo noticias publicadas por agencias internacionales de noticias (AFP) referidas al mausoleo de Bolívar. Exponen los pro y los contra de la "mega" construcción. Los ya clásicos: "este gobierno es el único que se ha preocupado por la historia de este país", "Es un gasto excesivo", "El estilo arquitectónico no es el adecuado", etc. Ahora bien, todos esos detalles importan poco si lo que está de fondo es quién y cómo se construye.
Lo expuesto por Farruco se reduce a que un grupo de sus amigos y familiares están construyendo, sin las necesarias competencias ni procesos de licitación exigidos por la ley, obras de "gran impacto". Los detalles de quiénes y cómo se construyen las obras bajo el mando de Farruco se han mantenido casi en secreto, sin consultas y desmarcados de proyectos integrales que sirvan para la reactivación real del casco histórico caraqueño. A todos nos encantaría ver un casco histórico hermoso, bien cuidado, productivo y de alto potencial turístico, pero parece que el Mausoleó no fue pensado para esto, sino para enrriquecer a unos "panas".
Ciertamente, la idea de llamar a un tipo de tambor con el nombre de cumaco surgió de la investigadora Isabel Aretz, ella dice textualmente: “Para poderlos distinguir mejor(refiréndose a los tambores), he dado un solo nombre a cada familia de tambores”. (He dado un solo nombre...) antes explica que la palabra fue tomada de un tambor que llevaba el nombre de cumaco y con este nombre bautizó a todos los que se les pareciera... allí entonces surge la palabra cumaco con el cual clasifica los instrumentos que tienen parentezco morfológico.
Pero mas adelante dice, refiréndose al tambor cumaco, y en especial a nuestro tambor tamunanguero larense: “En 1950, Miguel Cardona encontró un par de cumacos en San Francisco de Yare, en 1952(...)en San Mateo, San Joaquín, Los Robles,(...) Por nuestra parte hayamos el mismo instrumento y con el nombre de tambor en Lara. Es decir ella comprobó y así lo dejó escrito, que en Lara se le llamaba tambor, no cumaco, ni tamunango.
Entonces, ¿de donde sale la palabra tamunango?, ciertamente ella misma la menciona, pero aplicada a otro tipo de tambor cuyas características son totalmente diferentes al tipo cumaco, lo sabemos porque la misma autora tuvo el detalle de mencionar las medidas de dicho tamunango, así como los lugares donde lo encontró:
“En muchos lugares de Venezuela donde viven descendientes de negros se encuentras tambores más pequeños que poseen también un solo parche clavado. Así en Borburata y en San Millán, cerca de Puerto Cabello (Estado Carabobo, en Palmarejo, Agua Negra Farriar (Estado Yaracuy ) y en Ocumare de la Costa. Este tambor se denomina muchas veces “Tamunango”(...) El tamunango de Farriar está hecho con “madera tambol” ahuecada de 28, 57cms, de alto ya que es de forma irregular, la base mide unos 24cms de diámetro.
No es necesario escudriñar mucho en la lectura para encontrarse que los tambores tamunango eran tan diferentes a los tipo cumaco que ella misma los presenta como otra categoría, es decir, empleó la palabra tamunango para formar un orden taxonómico distinto al cumaco.
Hasta acá hemos encontrado información que explica de donde salió la idea de llamar cumaco a nuestro tambor tamunanguero, también hemos encontrado que entre los años 40s y 50s ella comprobó que en Lara se le llamaba a nuestro tambor por su designación mas genérica, es decir: tambor, por último, y es lo que me causa mas curiosidad, la investigadora Aretz da razón de unos tambores con características distintas al tipo cumaco y a los cuales llamó tamunango, también dice donde los encontró, y entre estos lugares no menciona al Estado Lara.
Estos datos fueron tomados de Instrumentos musicales de Venezuela (Aretz Isabel, 1967)
Desde hace mucho tiempo he oído en Caracas e, incluso, de los tamunangueros mas urbanos en Barquisimeto, la asignación del nombre Tamunango, o Cumaco para llamar al tambor tamunanguero. Estos nombres: Tamunango o Cumaco, siempre me han sonado extraños, impuestos, lejanos cuando se aplica al instrumento larense. Recuerdo no haberlo usado nunca ni haber oído que otra persona la usara en mi comunidad Titicare durante mi infancia cuando hablábamos de nuestros instrumentos, sin embargo, en escritos y en boca de algunos “estudiados” el vocablo ha sido común, ahora menos que antes, pero aún persiste. Una cosa es cómo llamámos a nuesgtros instrumentos y otra como los llaman otros: al medio cinco, lo han llamado cinco y medio; al tambor, cumaco o tamunango; a los palos del tambor lo han llamado laures; al palero, lo han llamado palitero, a la tambora(la colgante), golpera. Es decir, todo un diccionario paralelo que confunde y hace dudar a quien no conoce suficientemente.
Esto también sucede con otros aspectos del tamunangue, el caso más frecuente sucede cuando se le llama “batalladores” a los batalleros o cuando se conjuga la palabra batalla: se dice “batallar” en vez de Jugar la batalla como realmente es.
En el uso que se ha dado históricamente a los términos de el tamunangue, ciertamente ha habido confusión y diversidad, dependiendo de la localidad larense, pero esto ha quedado registrado en la memoria colectiva y en algunos escritos y grabaciones de investigadores, es el caso de los nombres de algunos sones, por ejemplo: a el yiyivamos, también le decían chi chi vamo, o ye ye vamo; a la perrendenga también se le decía perrendinga, pero este no es el caso de lo que estoy relatando. El nombre yi yi vamo o chi chi vamo, si era de uso de algunas localidades, igualmente perrendinga, así le llamábamos en Titicare, hay registros sonoros de El Tamunangue donde se dice “bella agoá” en vez de bella va, como decimos ahora..., pero eso es materia de otro tema. Esas palabras sí se usaron, y tal vez se usan todavía en Lara.
A lo que me estoy refiriendo es a las palabras impuestas desde afuera de la tradición, desde afuera de las fronteras larenses, desde observadores poco involucrados o recien involucrados o con poca información sobre el ser tamunanguero. “Tamunango” o “cumaco” para llamar al tambor; “batallar” en vez de jugar la batalla o “laure” para llamar a los palos del tambor, son palabras extrañas.
Estos usos me han generado siempre curiosidad, así que siempre he estado atento de buscar su origen. He revisado los escritos más antiguos que conozco sobre tamunangue: Isabel Aretz, “Instrumentos musicales de Venezuela” y “El Tamunangue”; Juan Liscano, “Folklore y Cultura”; Rafael Domingo Silva Uzcátegui, “Enciclopedia larense”; R. Olivares Figueroa, “Diversiones Pascuales en Oriente”. Resultado, la palabra “Tamunango” si se ha usado a sido aplicada otros tlambores, no al tamunanguero. La palabra designando tamunango a nuestro tambor, solo la he visto en publicaciones más recientes, de autores que han consultado estas mismas referencias(extraño), hay incluso quien no menciona cuales son sus referencias. Entonces, la duda continua.
Por otro lado, recientemente leí en la revista “La Revuelta” una entrevista que hiciera Benito Irady a varios viejos tamunangueros de Sanare en los años 70s y allí en su lenguaje sencillo y elocuente cada uno repetía las palabras que siempre oí a los viejos tamunangueros de mi comunidad: tambor para designar al instrumento de percusión y jugar la batalla, antes que “Batallar”. En conclusión, no se de donde salió lo otro..., no se sabe todo sobre el tamunangue solo bailandolo y cantándolo.
Amigos tamunangueros, por esto y otras razones es que es importantes investigar, de allí mi insistencia en que nos reunamos a reflexionar y discutir sobre nuestro quehacer tamunanguero...