El escrito que les dejaré a continuación siempre me ha gustado por su sinceridad y porque refleja las luchas internas que hay en el corazón humano. Esa batalla humana donde nos jugamos el sentido que le damos a nuestra vida. Entre la rabia y la ternura me recuerda, además, una imagen similar usada por San Ignacio de Loyola (Santo fundador de los jesuitas), para describir las tendencias del hombre hacia lo bueno y hacia lo dañino: es la imagen de 'las dos banderas' (la del bien y la del mal. Ambas imágenes son un continuo recuerdo de que podemos aspirar-elegir alguna causa, pero en la realidad estamos en un continuo vaivén entre lo que elegimos y lo que rechazamos.
Aquí el texto, que fue la introducción de uno de los discos del "cantor del pueblo":
Les puedo jurar que nunca he escrito ninguna canción adrede. Que jamás he cantado una canción como encargo viseral de mi posición ideológica. Algunas veces mi canción anda dando brincos en el pedrogoso camino del panfleto, otras, tiene el humilde vuelo de una sencilla poesía, sin mas pretensión que la de comunicar mi solidaridad con el ser humano. A veces sucumbo ante la rabia con la misma fuerza que lo hago ante la ternura, pero siempre como una respuesta espiritual y no como una reacción endocrina ante la realidad.
Rabia y ternura estimulan mis ganas de combatir y en el tio-vivo de la vida, siempre me han gustado el caballito azul del amor, y el blanco de la Libertad. Por ellos, siempre cabalgaré en el caballo rojo del combate. Alí Primera
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Alfredo Leal
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